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Software libre y derecho de autor

software libre

Como muchos otros debates que ha suscitado la tecnología recientemente, tendemos a pensar que los límites, alcances y vigencia de sus batallas son por igual cosa del presente. Pero lo cierto es que la mayoría de estas problemáticas se acarrean del pasado, incluso de un pasado bastante antiguo, como es el caso que hoy nos ocupa, respecto al derecho de autor.

Breves antecedentes

La cuestión ha cambiado de frentes y de denominaciones a lo largo del tiempo. Pero desde que el hombre realizó sus primeras creaciones había una tendencia a la propiedad o, por lo menos a la relación entre la propiedad colectiva y el inventor de la nueva tecnología.

Pero no hagamos el cuento largo, la mayor parte de la historia parte de la industrialización, cuando las patentes y la explotación unilateral de los desarrollos y servicios se convirtió en la norma imperante en prácticamente todos los lugares de la tierra.

Desde entonces tenemos diversas consecuencias que afrontar y debates que volver a abrir. Pero nada, quizá, tan álgido como el caso del derecho de autor respecto al software libre. Y nos referimos al software de todos tipos, no solamente a los sistemas operativos que son los que se han llevado, con justa razón, más atención al respecto.

Virtualidad vs ¿realidad?

Pero, pasa con toda clase de software para realizar nuestras tareas de edición y producción o aun las más cotidianas, lo mismo que con sitios web y otro tipo de creaciones que pueden considerarse hasta cierto punto (y sólo hasta cierto punto) desarrollos inmateriales. Digamos con mayor precisión, virtuales.

Y tal parece que el modo en que hemos organizado la sociedad no está dispuesta a afrontar en toda su dimensión el asunto de la virtualidad, no lo digieren con facilidad. Acaso, solamente quienes estamos involucrados a un nivel más profundo podamos vislumbrar que las cosas virtuales no están en oposición a la realidad, sino que coexisten de otro modo.

La información es clave

Por lo tanto, se hacen necesarias las campañas de información sobre el software libre y el derecho de autor. Dado que el patrimonio del software no le pertenece a ningún individuo ni corporación, sino que es producto directo de lo que podríamos llamar una tradición. Esto es, que los lenguajes se basan en otros lenguajes y adoptan singularidades, es cierto, pero serían imposibles sin sus lenguajes base.

¿Y los programadores?

El asunto del derecho de autor sobre el software tiene mucho más que ver, como podemos darnos cuenta, con la ambición de explotar una idea al máximo. Incluso no son los programadores los que lucran con ello, sino los distribuidores de las plataformas y programas. Lo cual complica aún más la discusión en torno al software libre porque nos percatamos enseguida de que el discurso por el que proteger mediante el derecho de autor y no el copyleft, por ejemplo, no tiene ninguna relación con defender a nuestros colegas creadores.

Mientras tanto, lo ideal será lanzar cada vez más mensajes al público general, a la masa de usuarios que a diario se benefician con los desarrollos del software libre o aún del privado, para que valoren el lugar que hoy ocupa en sus vidas y estén dispuestos a compartirlo con otros.